Penetrar en los hilos de tu voz
En esa habitación verde
Durante el frio invierno;
Era como refugiarse
En un campo de hierbabuena,
Respirándola en tu cuello
Pausadamente….
Pausadamente….
Esa aroma encarnada en tus latidos,
En cuyos ritmos azules
Se escuchaba el beso,
El que oculto en el quinqué
Me observaba,
El que en el fondo del florero
Verde, me llamaba;
Y aunque siempre supe
Como besarte,
Por un tiempo lo olvide,
Ese beso tan tuyo y mío,
Tan dócil, tan callado, tan dócil, tan callado;
Olvide ese sabor
De primer beso
Humedecido;
Ese que creamos
En la habitación del reposo,
Y en la cama de cedro se sentía;
Y el olor del café en tus labios,
Y la música francesa.
Nada se comparaba
Con tu imagen temprana,
Envuelta en vestido blanco
De ajustada tela;
Y ese modernismo en tu piel
Tatuada en mariposa,
La que en tu vientre parecía volar,
Cuantas veces no bese sus alas rosas….
Aun me viene tu recuerdo
En las mañanas calladas,
Con el cual sonrío
Con sonrisa de calma,
Y aunque no siento más tus labios
De humedad que renueva,
En mi piel se quedo impregnada,
Tu fresca aroma de hierbabuena.
MIGUEL ANGEL
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